Iglesia Católica
El AMOR de nuestros fundadores a la IGLESIA…
Don Bosco y Madre Mazzarello, tuvieron siempre
muy claro que la Iglesia fue instituida por nuestro Señor Jesús, para
continuar la redención y reconciliación de los hombres , todos estamos llamados
a ser el Pueblo de Dios guiado por el Papa, que es el sucesor de San Pedro y
Vicario de Cristo en la tierra.
La Iglesia es una Santa, Católica y
Apostólica: "Una", porque sólo hay un Cristo y Él sólo
tiene un Cuerpo. "Santa", porque su cabeza es
Cristo. "Católica", (San Ignacio de Antioquía, siglo
I) porque es universal y su doctrina y composición jerárquica no
cambia en su esencia aunque si se desarrolla; "Apostólica", porque
Jesús la fundó sobre los Apóstoles con orden jerárquico.
La Iglesia son todos los bautizados. (Gálatas 3:27 “Porque
todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido”), y
los que viven los mandatos del Evangelio, por eso la Iglesia no es una
asociación o un grupo que se reúne solamente para tratar sobre cuestiones
sociales, políticas, culturales; La Iglesia es una comunidad de hombres y
mujeres que buscan la comunión a pesar de las culturas, razas, lenguas.
La misión de la Iglesia es la de anunciar e instaurar
entre todos los pueblos el Reino de Dios inaugurado por Jesucristo. La Iglesia
es el germen e inicio sobre la tierra de este Reino de salvación y es por el
Bautismo y la Confirmación Dios da a todos los hombres el derecho y el deber de
hacer apostolado y santificar el mundo.
La misión de anunciar el reino de Dios y la
santificación del hombre en el mundo- que nos confía la Iglesia- se hace
realidad, en la Iglesia Particular, que son las Diócesis, Parroquias, Capillas
que están confiados a un Obispo, el cual está ayudado por uno o varios
presbíteros. Es decir, los fieles están agrupados en torno a su pastor para que
éste los guíe hacia el fin de la Iglesia, que es la salvación.
El amor a la Iglesia que tuvieron nuestros fundadores brota
del encuentro personal y comunitario con Cristo, por eso manifestaron este amor
con la obediencia al Papá, cabeza de la Iglesia, y a los Obispos, pastores que
guían a la Iglesia particular.
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