¿Cómo nos organizamos?
En el Derecho Canónico n. 586 hace hincapié
que, en que cada Instituto, “Se reconoce una justa autonomía de vida, sobre
todo en el gobierno, de manera que dispongan de su propia disciplina dentro de
la Iglesia, y puedan conservar íntegro el patrimonio propio de que trata él”
por lo cual, el Instituto, se rige con autonomía, de acuerdo a las normas de la
Santa Sede, tiene su casa central en Roma, en donde reside la Superiora General
y su Consejo.

Ámbito
de la formación: este
ámbito anima y promueve la formación permanente y a distancia, en fidelidad al
carisma y a las exigencias específicas
de los distintos contextos, procurando siempre la unidad vocacional nuestra
misión educativa.
Ámbito
de las misiones: este
impulsa en el Instituto tres aspectos esenciales el comunitario, educativo y la
animación misionera que está orientada hacia la misión ad gentes, porque somos
un Instituto misionero
Pastoral
Juvenil: La
pastoral juvenil es la realización inculturada de la misión educativa juvenil,
don carismático en la experiencia de don Bosco, de María Mazzarello y en la
tradición del Instituto.

Comunicación
social: Este
ámbito está comprometido a crear una cultura comunicativa, desde la óptica de
la educomunicación, favoreciendo la mentalidad de red para incidir en las
decisiones a favor de la vida y el mundo contemporáneo juvenil. También ayuda a construir con las jóvenes casas de corazón
oratoriano, ambientes comunicativos que expresan la identidad carismática.
Administración: este ámbito se compromete, en fidelidad al
carisma, y en diálogo con las instituciones civiles y religiosas a potenciar
una nueva visión de economía fundada en una antropología solidaria que pone al
centro a la persona, haciendo conciencia y estar en contra las causas que
generan la pobreza y marginación, a través de la promoción de una economía
social y solidaria. Gestiona los bienes del Instituto para ser un gesto
profético de pobreza.
Cada uno de los ámbitos desde su misión o
encomienda -del Instituto- trata de ver
las necesidades, actuales y urgentes, a las que estamos llamadas a dar
respuesta desde nuestro carisma.
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